
¡Hola! Soy Ronnier, director de Cantademia y en esta página quiero comentarte sobre nosotros y algo de mi historia.
Tal vez reconozcas en nuestro camino el tuyo propio.
La misión de Cantademia
"Nuestra Misión es inspirar al Mundo enseñándole a cantar".
Cantademia es una academia de canto que ayuda a las personas a cantar mejor, enseñando técnica vocal, interpretación y márketing musical.
Nuestra enseñanza es integral porque creemos que el canto además de ser una habilidad, logra que las personas sean mejores.
El canto aumenta la satisfacción personal, relaja, otorga disciplina y entrega una habilidad que te separa del resto.
Además en Cantademia, la enseñanza de la interpretación implica conocer sobre emociones, expresión corporal, y trato con el público.
En resumen serás un cantante que cante estupendo, provoques las emociones que deseas en tu auditorio y administres tus equipos musicales en el caso que quieras ser un cantante profesional.
El nuevo logo de Cantademia
Antes de presentar el nuevo logo, quiero que veas el antiguo...

Fue un logo mandado a hacer a un diseñador muy talentoso de la India. Que en pocas palabras entendió el símbolo que resumía lo que una academia de canto lograba en los alumnos... que cantaran.
Sin embargo, Cantademia es más que clases.
Por eso, te presento el nuevo logo...

Si llevas un tiempo en Cantademia, puede ser que el nuevo logo te deje en shock. Paso a explicarlo.
Primero, ahora cambia la forma. Se trata de un círculo.
El círculo representa estabilidad y colaboración. Dan un mensaje de unidad.
En nuestro logo el círculo representa que Cantademia está hecha para ser la mejor academia de canto y lograr que nuestros alumnos crezcan no solo como artistas sino como personas.
Queremos que sean mejores.
El perfil visto hacia la derecha, representa a una persona cantando y logrando cambios positivo, porque las 5 líneas curvas son símbolo de un pentagrama en movimiento.
El perfil visto hacia la izquierda, representa a un persona con el cabello suelto al aire en actitud de libertad, siendo quien es.
El logo visto completo representa a un micrófono, de aquellos que tienen elegancia y estilo...
Y el fondo rojo indica nuestra pasión intensa por la música y el canto.

El logo muestra que en Cantademia puedes ser quien eres, en libertad, sin jefes ni estrés; pero en cuanto te pongas en marcha en el camino del canto, lograrás ser mejor, lograrás un cambio en los demás.
Cantademia es canto, es libertad, es crecimiento, es cambio y elegancia.
El slogan
Todo esto puede resumirse bien en el slogan actual de Cantademia...
Porque eres lo que cantas
Porque sí. Eres lo que cantas.
Eres la canción llena de alegría que cantas cuando logras un ascenso en tu trabajo.
Eres la canción que cantas cuando recuerdas a un ser querido que ya no está.
Eres la canción que entonas cuando celebras el amor de la pareja que te ama.
O eres la canción llena de despecho que cantas cuando recuerdas con rabia a quien te decepcionó.
Eres la canción que libremente cantas, cuando lo deseas.
Por eso, si me permites, me gustaría contarte una historia.
Mi historia, que es gracias a ella, que nació Cantademia.
Cómo inició Cantademia:
Mi historia personal
Como te digo mi nombre es Ronnier, soy director de Cantademia. Peruano. Joven aún, jeje... pero todo tiene un inicio.
Te lo cuento.
Aunque en mi familia no hubo cantantes profesionales en generaciones, la música formaba parte normal de nuestra vida diaria: Nos despertábamos con instrumentales de piano que mi papá grababa en casetes y luego del colegio, hacíamos las tareas escuchando música criolla, boleros, blues, y rock and roll.
Aunque me hubiera encantado, de niño no recibí formación musical porque en mi familia no podíamos asumirlo.
Fue así que, mi primer encuentro con la música "en vivo" fue en una actuación de mi colegio...
Se trataba de un compañero de mi salón, del primer grado de primaria, que salió a cantar frente a todos. Cantaba muy lindo y me emocionó hasta erizar la piel.
Ese día yo también quise ser cantante. Era muy pequeño pero entendí que la música era un regalo.
Aquí, chiquitito, en una foto con mis hermanos.
¡Qué lindo era! jeje.

Los duros años adolescentes
En mi colegio "Don Bosco" del Callao, particular, conforme fui creciendo, en lugar de participar de la banda o la orquestina, me llamó mucho la atención los grupos juveniles porque además el colegio era católico.
Por eso empecé a asistir a ellos los fines de semana para el catecismo y jugar fútbol.
¿Y la música?
Bueno, se había convertido, para esos primeros años de secundaria, en mi mundo personal...
Desde que llegaba del colegio me encerraba en mi cuarto y por horas cantaba (o mejor dicho gritaba).
En ese canto, soltaba toda la frustración y molestia que, yo como adolescente normal, guardaba. La música era el espacio donde me encontraba con mis emociones.
Pero para ser honestos con mi canto tentaba mucho la paciencia de mi familia.
Me tiraban zapatos contra la puerta, gritaban que me callara y en alguna oportunidad que me porté mal, mi madre me quebró una guitarra en la cabeza.
No exagero pero ya está perdonada, no se preocupen, jeje.
"¡Ronnyyyyyy, cállateeeee!" -Era el grito normal luego del almuerzo.
Eso por cerca de 8 años.
No cantaba solo por diversión sino para soltar todo el estrés y ser yo mismo.
Era eso o estar en las calles del Callao.
En mi mundo, mientras cantaba dentro de mi habitación, era un gran cantante, con estilo que llegaba a los súper agudos. Era una estrella de la música.
... Y eso pronto iba a cambiar.

Un día llegó un nuevo sacerdote al colegio. Entró con ideas de reorganizar la banda, la orquestina y de pronto todo el colegio se vio obligado a participar de rondas eliminatorias para un festival de la canción que organizaría el colegio.
Las rondas eliminatorias serían frente a los compañeros de todo el salón.
Los finalistas cantarían ante los padres de familia y alumnado en general, en un escenario y con orquesta.
Yo contaba con 13 años de edad.
Para esto, yo seguía siendo un chico tímido, sensible que prefería desgañitarse cantando dentro de su habitación sin que nadie lo viera. Nunca había actuado en alguna reunión familiar.
Pero al igual que todos, debía cantar frente a mis compañeros y participar en ese festival.
Uff.
La primera vez que canté no la olvidaré jamás. Lo hice tal como lo hacía en mi habitación, soltándolo todo, creyéndome una estrella, sin importar que al frente mío, estaban todo mi salón.
... una banda de cuasi delincuentes buleadores, jeje. Ok, tal vez exagero. No, no exagero.
Y yo canté libre.
Sin afinar una sola nota.
Para ese entonces era muy estudioso. Era el primer puesto en las notas de toda la secundaria ganado a fuerza de empeño por varios años de trabajo duro.
Pero mientras cantaba perdí toda mi reputación. Fue peor de lo que te puedes imaginar.
Salir al frente del salón, empezar a cantar y escuchar risas fue todo solo un momento. Luego las risas se convirtieron en carcajadas y esas carcajadas se convirtieron en burlas.
La canción se hizo interminable y en ningún momento dejé de cantar con los modos propios de una estrella del rock, pero esa presentación, mi primera presentación "pública" fue motivo de 10 años de bullying por parte de mis "amigos".
No hay nada más cruel para un chico tímido que te den en donde más duele: los sentimientos.
Aquí, con la banda de bulea... perdón, mis compañeros del salón.

Pero aquí viene un tema importante.
Es algo que tiene que ver con mi personalidad.
Cuando algo no me sale bien o alguien se burla de mí, no me dejo. Le doy la contra. Me esfuerzo más, encuentro motivación y trato de eliminar esa debilidad.
O sea, soy picón.
Y como se habían metido con algo que yo quería, me puse a ensayar como si de ello dependiera mi vida.
Como en casa no podíamos permitirnos pagar un profesor de canto, pedí apoyo a los músicos de la orquestina para que me enseñaran algo, busqué todas las clases gratuitas de canto que se anunciaban en los periódicos de ese tiempo y busqué un libro que hablara de técnica vocal.
Me puse a ensayar una y otra vez la canción con la que participaría en el resto de las fases eliminatorias. El concurso era a fines de año y tenía 6 meses para ensayar.
Y ensayé esa canción, día a día por 6 meses.
Quería ganar. Pero además quería lograr varias cosas...
No era solo cantar bien, quería demostrar que mi mundo interior era importante. La música representaba mi forma de expresión de mi mundo interno con el externo.
Al ganar ese festival no solo lograría desquitarme de mis compañeros sino que me desharía de mi timidez y comunicaría mejor lo que llevaba dentro.
Conforme fueron pasando las semanas fui superando las diversas fases de las eliminatorias. Así es, lo iba logrando frente a compañeros que cantaban bien.
Creo que el jurado veía más mi empeño que mi calidad.
Así llegó el gran día. La final.
Éramos 10 alumnos en un evento ante padres de familia, alumnado y personal docente. Buen equipo de sonido, y luces. Todos cantando por lograr su sueño en la música.
Yo tenía 15 años.

Me gustaría decir que gané pero no fue así. Estuvo reñido y definitivamente habían mejores cantantes que yo, aunque no tan apasionados como yo.
Quedé en segundo lugar. Por la técnica debí quedar en quinto o sexto tal vez.
Obviamente, eso no fue suficiente para callar a mis amigos quienes me siguieron molestando, como dije, por años.
Pero no importa que perdiera, me sirvió para esforzarme, aprender a luchar sin dejarme vencer y superarme a mí mismo.
Eso se convirtió luego en una regla para mí: prepararme a conciencia para cada presentación.
Para ese momento ya soñaba con dedicarme a cantar por el resto de mi vida.
El canto como profesión
Al terminar el colegio salí en segundo lugar en el orden de mérito.
Mis papás estaban contentos conmigo.
Y claro, tenían la esperanza en que fuera el primer médico de la familia, tal vez abogado, quizá economista...
Pero a mí me gustaba cantar.
También me gustaba participar de las actividades pastorales y sociales de mi colegio. Mi sensibilidad me hacía estar pendiente de cómo mejorar la vida de los demás aunque sea repartiendo pan y chocolate caliente.
Así que cuando mis padres me preguntaron a qué me dedicaría se llevaron tamaña sorpresa cuando les dije que quería ser cantante y que en mis canciones compartiría buen mensaje a los demás.
No se lo tomaron nada bien. Se preocuparon.
De veras se preocuparon.
Mi mamá dijo que ya me imaginaba muerto de hambre tirado en la calle pidiendo limosna, (así de dramático), mi papá, en silencio y llevándose las manos a la cabeza repitiendo, que de eso nadie vivía.
Escuchar esa falta de apoyo dolió. Más cuando dijeron que no invertirían un centavo en profesor de canto o clases de música.
El tiempo ha pasado y puedo decir que los entiendo completamente.
No tenían las razones adecuadas porque en la familia no habían músicos o cantantes y solo trataban de convencerme con las únicas armas que usan los que no tienen razones: asustándome.
Ellos son buenos, se sacrificaron mucho por mí pero mi camino era diferente y entendí desde pequeño que la vida es corta y vale la pena arriesgarse por lo que uno entiende debe hacer en esta vida.
Con el tiempo, de hecho, ellos cambiaron. Por ejemplo, en esta foto ellos me acompañan en la presentación de mi segundo disco.
Los quiero mucho y les estoy eternamente agradecido por lo que han hecho por mí.

Pero apenas terminado el colegio, eran otros tiempos. Tenían esperanzas universitarias en mí. Y como entendí que estaba solo, me puse a conseguir educación musical por mi cuenta.
En ese tiempo la Internet y el dinero eran escasos por no decir nulos, así que fui a todas las clases gratuitas que pude, conversé con todos los profesores de canto de esas clases y asistí a todos los ensayos de amigos músicos.
No era solo una cuestión de dar la contra, es que en realidad no me imaginaba otra forma mi vida.
¿Sabes? Entiendo muy bien la necesidad de ganar dinero y vivir cómodo pero no la de sacrificar quien eres y lo que puedes ser por esa comodidad.?
En esos años sabía que la vida del cantante era cantar, viajar y eso me gustaba porque aunque nunca había salido de mi casa, aprendía de culturas extrañas con personas que pensaban de forma diferente en lugares lejanos gracias a los almanaques mundiales que mi papá me regalaba cada año.
Y yo quería tener acceso a eso. El canto era mi mundo ideal.
Así, apenas una semana luego de salir del colegio, escribí mi primera canción con una guitarra que me prestaron y un par de años después realicé mis primeras presentaciones gratuitas junto con amigos de la parroquia.

Mientras tanto la calle estaba dura.
Eran años convulsionados con la crisis económica luego de Fujimori, inestabilidad política y social. Mi familia estaba golpeada en la economía y yo no podía pedirles nada. Ellos querían apoyarme pero no en la música.
Luego de pensar mucho, de sentirme solo y soñar, se me dio por el sueño más loco de todos: Tenía que grabar un disco.
Así como lo oyes. Grabar un disco.
No tenía un centavo, no sabía por dónde empezar pero sabía que eso era lo que tenía que hacer.
Fui donde un sacerdote de los de mi parroquia, salesianos, y le conté todo. De muy buena fe me hablí de un ex-alumno dueño de un estudio de grabación y me hizo una carta en la que le pedía me ayudara según su disponibilidad.
Se trataba del maestro Lucho Collantes. Era el tecladista de Eva Ayllón, había grabado los arreglos de uno de los primeros discos de Gian Marco y constantemente tenía giras por todo el Perú.
Su estudio de grabación estaba a 2 horas de mi casa en bus.
Me atendió en su estudio y le hablé sinceramente, le presenté mis canciones grabadas en casete. Recuerdo que me costaba muchísimo por mi carácter tímido.
No le hablé solo de mi gusto por la música, sino de mi deseo de compartir buen mensaje.
Fui sincero. Le dije que no tenía experiencia ni dinero.
Yo era alguien que le haría perder tiempo, clientes y dinero, no había qué ganar de mí pero me escuchó atentamente, creo que vio mi sinceridad y me dijo:
"Ok grabarás pero tienes que tomarte esto en serio" y le respondí: "Cuente con eso, profesor".
Así, empecé a grabar. Un mundo entero nuevo para mí.
Luego de un mes me llamó y me dijo que ya tenía los arreglos de la primera canción y fui de inmediato a escucharla.
La escuché ese día en sus parlantes de estudio y me emocioné tanto que el profesor tuvo que alcanzarme agua. La pelea estaba valiendo la pena.
Ese mismo día grabé la voz. ¡Pronto tendría un disco!

Problemas, tristezas, retos...
El maestro Lucho era una persona noble y buena, era divertido en las sesiones de grabación y sinceramente le quería bastante.
Tenía una inmensa cantidad de trabajo pero creo que conmigo se relajaba un poco, le gustaba escuchar las historias de mis canciones.
Aunque los mejores músicos del país le pidieran hacer arreglos musicales y grabar en su estudio, tenía tiempo para escuchar a un muchacho soñador.
Pero nada te puede preparar la realidad como una desgracia...
A la mitad de la grabación, su secretaria me llamó:
"Ronnier, quiero informarte que esta próxima semana no habrá grabación y estamos viendo la continuidad de tu proyecto. Por el momento está en veremos".
"¿Qué pasa?, ¿puedo ayudar en algo" -le dije.
"El maestro Lucho ha fallecido esta mañana. Le dio Surmenage este fin de semana (síndrome de fatiga crónica) y su cuerpo no resistió" -Luego se puso a llorar por el auricular.
A mí, se me cayó el mundo encima. Él no era solo el que me permitía grabar gratis en su estudio, se había vuelto casi un padre musical del cual aprendía a entrar en un mundo totalmente desconocido.
Todo quedó en stand by por un año entero.
Lo que lograba juntar de un trabajo dando clases no alcanzaba para pagar las grabaciones. Además estaba tomando clases de canto que consideraba muy importantes, así que paciencia no más.
Pero pasó el tiempo y logré conversar con el nuevo encargado del estudio, que asumía los compromisos de trabajo. Luego de algunas semanas me aseguró que continuaría con mi trabajo en las mismas condiciones.
Logramos terminar el disco luego de 2 años. Estaba feliz. Gracias a personas de muy buena voluntad que ya no nos acompañaban, lo había logrado.
A ellos les agradezco profundamente tal como a mi familia.
Esta es una canción de ese disco. Se llama "Te necesito". Tal vez te guste.
Hora de hacer giras
De ahí en adelante empecé a presentarme en varios espacios, no solo religiosos sino también educativos y cívicos. Por donde pudiera colarme, todo era bien recibido.
¿De qué sirve cantar si te lo guardas todo para ti?
Y aunque era tímido, tenía que vencerlo. Sentía no solo placer al cantar, sino una gran responsabilidad.
Aquí, algunas fotos de esas presentaciones:




Luego grabé un segundo disco llamado "Vivo", que es historia aparte que te la contaré un día. Igual duró dos años hacerlo aunque lo pagué entero.
Pero me llevó a hacer giras por varios países: México, Chile, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Francia, Italia y por supuesto todo el Perú.
Aquí algunas fotos:




Aquí te dejo una canción de mi segundo disco. Todas mis canciones tienen un toque personal, hablan de lo que viví, de mis historias.
También recibí ciertos reconocimientos por aportar a la promoción de valores:


Lo importante no era solo cantar sino compartir.
Así con los años mi música fue reconocida como música que podía ser escuchada por mucha gente comprometida con diversas causas de promoción humana.
Había podido ser fiel a esa primera idea de cantar mensaje que le sirviera a la gente.
Lejos quedaba aquel día en el que mis compañeros se rieron de mí en el salón: Me superé y fui fiel a mi vocación, la idea original.
Esta es mi historia. Al menos, una de mis historias.
Mis Valores
No cantaba para mis amigos y familiares que no creían en mí sino porque la música era mi manera de expresión.
No soy el único que siente así. Creo que todos deberíamos aprender a cantar para comunicarnos mejor.
Igualmente, creo que todos podemos luchar por nuestros sueños. Nadie dice que será fácil. De hecho se sufre y se llora pero vale la pena, te convierte en mejor persona, te hace más seguro, más feliz.
Aunque a veces no se logre esa comodidad tan deseada.
Luchar por los sueños no es para soñadores, es para ganadores.

También creo que todos podemos cantar.
No hay que tener talento "innato". Lo digo por experiencia. Era totalmente desorejado y sin nada de técnica.
Con una buena guía, el "talento" en realidad es practica paciente de alguien que tiene un sueño.
Cómo puedes desarrollar tu talento con nosotros
En Cantademia desarrollamos tu talento dándote el mejor entrenamiento para lograr cantantes totalmente desarrollados, de amplio rango emocional, que sean verdaderos artistas y no cantantes de ocasión.
Con nosotros aprenderás 3 cosas:
- Técnica vocal.- Para cantar mejor,
- Interpretación.- Para provocar emociones en el público; y
- Administración del talento.- Para conocer técnicas que te permitan expandir tu música.
Aquí puedes ver todo sobre nuestras clases de canto. Y si deseas chatear directamente con nosotros, haz clic en este enlace y conversemos en messenger de Facebook.
Por horario solo tenemos hasta 5 alumnos, no más para que el profesor se pueda dedicar a cada uno de ellos, son casi clases particulares.
Mientras más tiempo se dedica el profesor a cada alumno, más rápido avanza éste.
Al llegar los alumnos no solo asisten a clases sino que encuentran diversas actividades:
- Karaokes.- Divertidísimos para relajarse, dejar el estrés y pasarla súper bien con amigos que sueñan como tú.
- Clases maestras.- En las que aprendes diversas especialidades que tienen que ver con la música ofreciendo una mirada profesional a lo que todo cantante aprende normalmente en el ejercicio del trabajo.
- Campamentos.- Son eventos fines de semana fuera de la ciudad en las que hacemos maratones técnicas, cursos intensivos de actuación, baile, etiqueta, producción musical, concursos de bandas, karaokes y la pasamos súper divertido.
Entre otras actividades más.
Si deseas clases, te aseguro que con nosotros desde la primera clase aprenderás a cantar. Visita la página de nuestras clases haciendo clic aquí.

Estudiar canto no es solo para los que quieren ser ser cantantes profesionales.
Sirve además para encontrarse con las propias emociones, manejar el propio estrés, formarte como persona siendo quien eres, mostrando todo lo bueno dentro de ti cuando las palabras no salen.

El canto es necesario para el desarrollo personal.
Por medio del estudio de la interpretación serás la persona que se necesitas ser en determinados momentos de la vida.
Ayudar a alguien a lograr sus sueños es una tremenda responsabilidad. Es algo que nos tomamos muy en serio en Cantademia. Es el último espacio que no debe perderse en la humanidad. Lograr los sueños es lograr aquello a lo que te sientes llamado.
Ven a nuestras clases de canto y celebra junto con los que ya están logrando sus sueños, que tú también puedes.
